miércoles, 30 de noviembre de 2011

19. Despedidas y reencuentros

En el capítulo anterior...

Y me marché de la habitación sin decir, ni una palabra más… sé que deje a Ryan confuso, pero eso le haría reflexionar, y quien sabe, quizás aquella conversación, funcionara.

[…]




Esos tres días, se me pasaron tan rápido, había exprimido hasta el último segundo con Justin. Al final, Ryan y él lo arreglaron, todo era perfecto, excepto la noticia de que teníamos que irnos.
Quedamos todos a las 10 de la mañana en casa, para despedirnos.
Cuando ya estábamos todos…
Del primero que me despedí fue de Chris.
-Bueno pequeñín… espero volver a verte muy pronto.-Dije sonriéndole, mientras le daba un abrazo enorme.
-Eres increíble, Anna. Te echaremos de menos.-Dijo él.
El siguiente fue Chaz.
Pasamos de decir nada, el se abalanzó sobre mí, y me dio uno de sus abrazos de oso.
Luego, Ryan.
-Gracias por todo Anna, eres una chica genial. Quiero volver a verte pronto, eh. Te echaré de menos tonta.-Dijo él.
-No Ryan, gracias a ti. Verás como dentro de nada volvemos a vernos.-Dije abrazándolo.

Y por último, y el que más me dolía de todos, Justin, MÍ JUSTIN.
Salimos al jardín, nuestra despedida era algo más privada.

-Justin…yo…-Ni siquiera pude hablar, cuando las lágrimas brotaron de mis ojos.
-Hey, no llores…-Dijo el consolándome.- No tienes que llorar… Tienes que estar feliz porque los dos sabemos que pronto volveremos a estar juntos ¿Vale?
Yo asentí, no muy convencida.
-Gracias, por todo, Justin, de verdad… eres… increíble…-Dije intentando reprimir las lágrimas.
-No, gracias a ti por hacerme el chico más feliz.-Dijo sonriéndome.
Yo sonreí vergonzosa.
Y sin esperarlo, Justin me besó, un beso de esos que saben a despedida
-Te echaré de menos Bieber.-Dije agarrando su mano, y yéndonos hacia el coche.
-Y yo a ti Anna.
Terminamos de despedirnos, y montamos en el coche, mi hermana y yo, llorábamos. Lo habíamos pasado tan bien esos 15 días en Atlanta, y los chicos habían sido tan increíbles.
El coche arrancó, y las dos miramos hacia atrás hasta que los perdimos de vista.

[…]

Pasaron un par de semanas, apenas sabíamos nada de ellos. Sólo habían llamado dos veces, y conversaciones de cinco minutos.
Mi hermana y yo estábamos mal, muy mal. Los echábamos mucho de menos, y ni siquiera sabíamos cuando volveríamos a verlos.
¿Y si con el tiempo se olvidaban de nosotras? ¿Y sí Justin se olvidaba de lo nuestro?

Un día estábamos tomando el sol en el jardín, Andie y yo. Yo llevaba los cascos y Andie leía una revista. Llamaron al timbre, y mamá no estaba en casa, así que Andie me mandó abrir.

Abrí la puerta y no había nadie, lo que me extraño muchísimo, y justo cuando iba a cerrar, vi una nota en el suelo, junto a una rosa roja, idéntica a la que Justin me regaló semanas atrás.
Lo cogí, y leí la nota: ‘’ Soñar gratis es soñar contigo, soñar con sueños eres tú’’

Sonreí, y miré al frente. Y allí lo vi, apoyado en la reja, a apenas unos metros de mí. Abrí tanto la boca que parecía que se me iba a desencajar, y sin dudarlo un segundo… empecé a correr hacía él, hasta alcanzarlo, y darle el mayor abrazo que había dado, por supuesto sin evitar llorar, de felicidad. Me evadí de todo, sólo él, su olor, su pelo, sus ojos, su sonrisa, y yo.

-¿Pe…pe…pero? ¿Qué haces tú aquí? ¿Cómo?-Dije escupiendo palabras, aún sin creerlo.
El no dijo nada, solo se me quedó mirando, y al instante me besó. Como había echado de menos sus besos, sus dulces besos.

-Te echaba de menos…-Dijo separando sus labios de los míos.
Yo sonreí, y volví a besarlo.
-Bueno y ellos también os echaban de menos…-Dijo señalando a Chris, Chaz y Ryan, que estaban detrás suyo con una sonrisa en la cara.

Corrí hacía ellos, y los abracé. Cuando me quise dar cuenta, mi hermana estaba en la puerta, a punto de llorar.
Primero fue a abrazar a Justin, y luego se abalanzó sobre los demás, y sin que nadie lo esperara, ella y Chris se besaron.

-¿Nos hemos perdido algo?-Dije yo, atónita.
-Bueno, no queríamos decíroslo pero…Chris y yo estamos juntos.-Dijo mi hermana, feliz.

Todos nos alegramos muchísimo. Al final decidimos pasar a casa. Salimos todos al jardín.

-Bueno y ahora me decís… ¿Cómo? ¿Por qué?- Dije feliz.
-Bueno el motivo principal erais vosotras…-Dijo Chaz.
-Pero…-prosiguió Justin. -Scoot me dijo que teníamos que ir a L. A. a un concierto. Y no vi mejor oportunidad para venir a veros.
-Dios, es genial.-Dije yo.- ¿Y por cuánto tiempo?
Parece ser que mi última pregunta no fue la más acertada, todos agacharon la cabeza, y se entristecieron.

-Un par de días, tres o cuatro como mucho.-Dijo Justin entristecido.
-¿QUÉ?-Dije yo. Me entristecí, y se hizo un silencio bastante incómodo.-Bueno, no pasa nada… lo que importa es que estáis aquí…-Dije levantándome y sentándome sobre las rodillas de Justin.- Disfrutemos.- Le sonreí, y le besé.

-Bueno tenemos que deciros una cosa…-Dijo Chaz. Todos asintieron.- Esta noche estáis invitadísimas al concierto de Justin entre bastidores.
A mí hermana y a mí se nos abrieron muchísimo los ojos, y empezaron a brillar, de emoción.

-¿En serio?-Dijo mi hermana como pudo.
Justin asintió, sonriéndola.
-¿En serio voy a ir a tú concierto, y voy a oírte cantar en directo, y todo eso?-Dijo a punto de llorar.
-Exacto.-Dijo él.-Pero no hace falta que vayas a mi concierto para oírme cantar, puedo hacerlo ahora mismo.-Dijo sonriendo, y levantándose, para ponerse frente a mi hermana.
Le estrechó el brazo, para que ella le cogiera la mano, y se pusiera de pie. Se le acercó, y empezó a cantarle.
Mi hermana estaba alucinada, no podía creerlo, de la emoción empezaron a caerle lágrimas de los ojos.
Justin dejó de cantar, y la abrazó con todas sus fuerzas.

-Justin, eres increíble.-Dijo ella entre sus brazos.
-Tú sí que lo eres pequeña.- Dijo sonriente.

Me enterneció tanto ver así a Justin, era un cielo, y estaba claro que quería muchísimo a sus fans.

Mi hermana se secó las lágrimas, y se tranquilizó.

-Bueno, esta noche vendremos a por vosotras… ahora tenemos que irnos.-Dijo Ryan.

Nosotras asentimos, y nos despedimos. Teníamos tantas ganas de que fuera por la noche.

Cuando los chicos se fueron, llegó mamá. Las dos fuimos corriendo, para darle la noticia.
-¡Mamá! ¡No puedes creer quien vino!-Dijo Andie.
-¡Justin y los demás!-Seguí yo.- Esta noche nos invitaron a un concierto de Justin.
-¿En serio? Eso es genial pequeñas…-Dijo ella.
-¿Nos dejas ir?
-Sí, no hay problema, pero tendré que hablar con ellos…
Las dos asentimos sonrientes, felices.

18. Ryan, deja que te explique...

En el capítulo anterior...


Me tuve que ir, ya que mi madre vino a recogerme. Nos despedimos, y me fui a casa.



Llegué a casa, me tiré en la cama y suspiré ¿Enamorada? Quizás. A penas dormí, estuve toda la noche pensando en él, y en lo increíble que era.




A la mañana siguiente…



Quería darle una sorpresa a Justin, así que madrugué y fui a su casa para despertarlo.

Ding, dong…


Fue Ryan el que me abrió.


-¡Hola Ryan!-Dije sonriente.


-Mmm… Hola Anna. ¿Qué haces aquí?-Dijo extrañado.


-He venido a ver a Justin.-Dije sonriente.


-¿A Justin?


-Sí, a Justin.-Al fin conseguí pasar y subí corriendo a su cuarto.


Entré en la habitación sigilosamente. Y ahí estaba, tirado en la cama, durmiendo como un bebe. Me acerqué y me senté.


Acerque mis labios a su oído para susurrarle…


-Buenos días…-Dije sonriente.


Él fue abriendo los ojos poco a poco, hasta que consiguió saber quién era.


-¿Qué haces tú aquí?-Dijo sorprendido.


-Ah, ¿no te alegras de verme?-Dije molesta.


-Sabes que muchísimo.-Dijo dibujando una sonrisa en su cara. Para luego llegar a mis labios. Pero antes de que pudiera besarlos, lo esquivé.


-Ah… no, no… hoy eres mi sirviente, no se me olvidó la apuesta.-Dije victoriosa.

-No. ¿En serio?-Dijo él, fastidiado.


-No he hablado más en serio en mi vida.-Dije con una sonrisa de satisfacción en la cara.


Él bufó. Y se quitó de las sábanas, y solo llevaba los calzoncillos. Yo aparté los ojos vergonzosa.



-Al menos me darás un beso ¿eh?-Dijo él acercándose a mí, mientras me ponía muy nerviosa.


-No antes de que te pongas unos pantalones.-Dije alejándome.


El rió, y se dirigió al baño. A la media hora, salió duchado, con el pelo mojado, y vestido. Mucho más tentador de lo normal. Sin querer, me mordí el labio inferior.



-¿Ahora me darás ese beso?-Dijo sonriente, cerca de mí.


Yo asentí. Y nos fundimos en un beso.


En ese momento, escuchamos como la puerta de su habitación se abrió. Y apareció Ryan, con una cara de decepción y odio increíble.


-Lo sabía…-Dijo él, a punto de matar a Justin.


-Ryan… yo… puedo… explicártelo.- Dijo Justin, confuso.


-No tienes nada que explicarme, esta todo más que claro, tú y yo ya no tenemos nada que ver. Me vuelvo a Stratford.


-¡No, Ryan! ¡Espera!-Dijo siguiéndole.


Narra Justin.


Mierda Ryan, me había olvidado de él por completo. Le seguí por el pasillo, hasta poder alcanzarlo.


-Deja que te explique, por favor.- Le supliqué.


-Adelante.- Dijo mirando con mucho odio.


-Em… bueno… pues… Anna y yo…- Ni si quiera tenía una explicación.


-Ahórratelo, de verdad. Se acabó, Justin. No puedo creer que me hayas hecho esto. Sabías que me gustaba…


-Bueno, y a mí también me gusta ¿Sabes? No puedo evitarlo. Lo siento.-Dije perdiendo los nervios.


El resopló, y me lanzó una mirada horrible, y se encerró en su habitación.


Volví a mi habitación, donde aún permanecía Anna.


-¿Qué ha pasado?-Dijo preocupada.


-¿De verdad no lo sabes?-Dije siendo muy borde.


-Bueno, vale, tranquilo…-Dijo enfadándose.


-Joder, Anna, lo siento…Vamos a dejar lo de la apuesta para otro día ¿Vale?-Dije derrumbándome por momentos.- Más tarde te llamo.- Dije despidiéndola.


Ella asintió, y se fue.


Ahora todo se había ido a la mierda. Ryan era como mi hermano, y la había cagado por una chica… pero es que Anna no era cualquier chica.



Narra Anna.


No iba a dejar que las cosas quedaran así. Antes de irme de la casa, pase por la habitación de Ryan.


Toc, toc…


-¡Justin, olvídame!-Dijo enfadado al otro lado de la puerta.


-No soy Justin…-Dije con miedo.


Noté como unos pasos se aproximaban a la puerta, hasta que por fin se abrió y apareció Ryan, con los ojos húmedos.


-¿Puedo pasar?


-Adelante.-Dijo él apartándose para dejarme pasar.




Me senté en la cama, y espere a que él también lo hiciera para poder hablar.

-¿Y bien?


-Bueno Ryan… sé que estas muy enfadado… pero párate a pensar, un momento… ¿De verdad te merezco la pena? Eres el mejor amigo de Justin, si tú te vas… a él le falta algo, él no se merece esto… ¿Dime qué hay de malo en que le guste? Tú también te enamoraste de mí, y no pudo ser… entonces porque no dejar que Justin y yo seamos felices. Es difícil, lo sé. Pero, ¿No crees que merece la pena intentarlo? Sobre todo hazlo por ti.


Y me marché de la habitación sin decir, ni una palabra más… sé que deje a Ryan confuso, pero eso le haría reflexionar, y quien sabe, quizás aquella conversación, funcionara.



[…]


lunes, 28 de noviembre de 2011

17. No más increible que tus ojos

En el capítulo anterior...

Al fin quedamos con todos para volver a casa, tenía que prepararme para la cita con Justin.

Nos dejaron en casa y subí directa a mi habitación, para ponerme aquel precioso vestido (http://www.polyvore.com/ropa/set?id=35722054)


Mi hermana entró en mi habitación.

-¿A dónde se supone que vas?-Dijo ella mirando muy atenta el vestido.
-Voy a salir.-Dije yo, radiante.
-¿Ah sí? ¿Con quién?
-No voy a decírtelo…-Dije burlona.
-Vamos, Anna, no seas así.

Le lancé una mirada que lo decía todo, y sonreí como una tonta.

-¿¡Vas a salir con Justin!? ¿En serio?-Dijo ella entusiasmada.
Yo asentí y salí de la habitación ya arreglada, bajé y en el salón estaban mis abuelos y mi madre.

-Vaya Anna, estás muy guapa.-Dijo mamá, sonriente.
-Gracias mamá, quedé con Justin, y bueno…-Dije poniéndome roja.
-Estas hecha toda una señorita, cielo.-Dijo mi abuela.
-Estás preciosa, princesa.-Dijo mi abuelo.

Era inevitable que no me sonrojase.

-¿Mamá te importa acercarme a casa de Justin?
-No, vamos, será un segundo.

Llegué a casa de Justin y me despedí de mi madre. Me puse frente la puerta ya para tocar, cuando de repente vi un pequeño cartel, en el que había escrito algo.

‘’Shhh, no hagas ruido. Tengo una sorpresa para ti. Ves al salón si quieres descubrirla.’’
Yo sonreí para mí, me hizo tan feliz encontrarme con aquello, jamás nadie había hecho algo tan bonito por mí.
Llegué hasta el salón, y encima de la mesa había una nota, junto con una rosa roja enorme y preciosa.

‘’Así de bonita eres tú… Sigue hasta la cocina’’
No podía creer que todo aquello me estuviera pasando a mí, a cada nota que leía más me gustaba Justin.
Llegué a la cocina, y encima de la encimera había un cuenco lleno de fresas con chocolate, y una nota.

‘’Así de dulce eres tú…Y ahora si quieres descubrir tú sorpresa, ves al jardín’’
Agarré una fresa, y me la comí, estaba buenísima. Salí al jardín, y fue espectacular… el porche estaba adornado con un montón de luces. Nada más salir me encontré con otra nota.

‘’Sigue el sendero de luces…estás muy cerca’’
Era precioso, segui aquel sendero, lleno de luces, y pétalos, hasta por fin llegar a la piscina.

Y allí estaba, sentado, mirando sin interés el agua.

-Justin…-Dije susurrando, pero para que él me oyera.
Él se giró rápidamente, y sonrió muchísimo al verme… Estaba tan guapo, más de lo que ya era.
-Veo que eres lista, has sabido encontrar el camino.-Dijo bromeando.
-Qué idiota eres, de verdad.- Los dos reíamos.- Bien… ¿Y mi sorpresa?-Decía haciéndome la ingenua.
-¿De verdad no te lo imaginas?-Mirándome extrañado.
-Sí me lo imagino, quiero que me lo digas.
-Esta noche, yo soy tu sorpresa.-Dije susurrándome al oído.
Me sonrojé muchísimo.

Cogió mi mano, y me acercó a la piscina, justo al lado había un picnic, la manta en el suelo, y un montón de comida.

-Justin esto es…precioso, de verdad.-Estaba tan emocionada.
-Sabes que te mereces esto y más.-Dijo sin dejar de mirarme.

Nos sentamos y empezamos a cenar. Estuvimos hablando, bromeando, riendo. A cada minuto que pasaba pensaba que nada podía ser más perfecto.
Cuando terminamos, me tumbé, y miré las estrellas.

-¿No crees que son increíbles?-Dije yo.
-¿Las estrellas?-Dijo él tumbándose también.
 Yo le miré, sonriente, y asentí.
-Sí, bueno… solo hay una cosa que las supera.
-¿Ah sí? ¿El qué?
-Tus ojos.-Dijo mirándome, eso hizo que el corazón me diera un vuelco.- Tus ojos son más increíbles que todas las estrellas del firmamento juntas.

Yo me quedé sin palabras, realmente no sabía que decir.
-¿Cómo lo haces?-Pregunté.
-¿Cómo algo el que?-Dijo él.
-Ser así. Solo tú sabes ser así.
-No sé a qué te refieres, soy un chico normal y corriente.
-No Justin, tú eres de todo menos normal y corriente.

Él me miro con esa ternura que le caracteriza.
Se hizo un silencio, pero ya no era de esos silencios incómodos, todo lo contrario, era un silencio, reconfortante, necesario, especial, único.

-Ven, aquí conmigo.-Dijo él.
Yo me acerqué y me tumbé a su lado.

Estuvimos callados, y de pronto él empezó a cantar, U smile.
Yo escuchaba con atención, su voz era tan dulce, tan inconfundible, y en esos momentos solo era mía.
Siguió cantando, y sin querer las lágrimas brotaron de mis ojos.

Yo le miré, y el al verme se asustó.
-¿Qué te pasa?-Dijo.
-Nada. Qué… la canción es preciosa, Justin.

Se me quedó mirando y se incorporó, y me ayudó para que yo también lo hiciera.
Me secó las lágrimas, con las yemas de sus dedos.

-Anna…tengo que decirte algo…-Dijo muy serio, mirándome muy fijamente.
Yo sonreí, y asentí.
-De verdad… que… enamorarme de ti es lo mejor que me ha pasado.-Dijo muy serio.
Eso sí que hizo que algo muy dentro de mí se removiera, y que saltaran mil chispas entre nosotros.
Y sin decir nada, se fue acercando muy poco a poco a mí, se quedó a escasos milímetros de mis labios.
-O me besas ya, o te juro que me volveré loca.-Dije desesperada por sentir sus labios.
Él sonrió. Y al fin, sus labios se juntaron con los míos, era tan perfecto. Mi corazón empezó a ir más rápido que nunca, jamás había sentido eso con nadie. Era tan dulce, tan tierno, tan real, tan maravilloso… que nunca pensé que fuera algo así. Y tampoco pensé que un beso podría despertar tantos sentimientos en mí. Una traviesa lágrima de felicidad, de alegría se deslizó veloz por mi pómulo.  

Nos separamos, y apoyamos frente con frente, mirándonos, sonrientes y felices.

-Justin Drew Bieber… eres el chico más loco que conozco.
-Qué conoces, y conocerás.-Dijo otra vez con su arrogancia.
-Oh vamos… ¿Estás de broma? Acabas de arruinar el momento más bonito de mí vida con tú chulería.-Dije riendo.
Se me quedó mirando, y sonrió, para que luego, sin que yo lo esperara se lanzara a besarme de nuevo.

De repente se levantó y salió corriendo, yo me quedé bastante aturdida. ¿A dónde habría ido?

Narra Justin.

Fui corriendo a la cocina, a coger las fresas con chocolate.
Era increíble, por fin, era mía, mía y de nadie más… y con lo que me había costado.
Y aún no me podía explicar tal perfección. Por qué solo ella era la que me había hecho sentir las mejores sensaciones de toda mi vida. Y estaba claro, que ahora no iba a ser fácil que se escapara de mí.
No estaba feliz, ni alegre… todo, superaba esos sentimientos, estaba mucho más que eso. Y ahora entendía esa frase de… ‘’por qué solo tú me haces volar más alto que las nubes’’.

Volví con las fresas, y allí estaba ella… tan extraordinaria, tan genuina… oliendo esa rosa, que le había regalado horas antes.

Narra Anna.
Por fin volvió. Con el cuenco de fresas con chocolate. Cuando lo vi, sonreí, como una enana.

-No podían faltar…-Dijo volviendo a sentarse a mi lado.

Nos las comimos, entre besos y caricias.

De repente unté mi dedo en el chocolate, y sonreí maliciosa… Él me miró algo asustado. Y sin que él se lo esperara, restregué mi dedo en su nariz, manchándole de chocolate.

-¡Serás…!-Dijo riendo, mientras él también untaba el dedo en chocolate.

Yo me levanté, riendo, y eché a correr para que el no me alcanzara y me manchara.

-¡No! ¡Justin! ¡Para!-Decía entre risas, corriendo por todo el jardín.
-¡Te vas a enterar!-Decía riendo.

Al fin pudo alcanzarme, pero de la fuerza que hizo, los dos caímos al suelo… riendo como niños pequeños.

-Venganza…-Dijo encima de mí.
-No, por favor…-Yo no podía para de reír.
Nos quedamos callados, y sin poder evitarlo volvimos a besarnos.

Estuvimos toda la noche haciendo el tonto, aún no sabía cómo podía pensar todas esas cosas horribles… en realidad era el mejor chico que había conocido en toda mi vida.

-Justin…-Dije muy seria. Él asintió en señal de que me escuchaba.- ¿Sabes que dentro de 3 días me voy, no?-Dije apenada.
-¿Cómo? ¿Solo tres días? ¿Estás loca?-Dijo asustado, a la vez que triste.
-Solo estamos aquí de vacaciones, y es lo que dijimos de quedarnos, tendré que volver a California…
-Anna… ¿En serio? Justo ahora…-Dijo bajando la cabeza, decepcionado. Yo le cogí la barbilla e hice que me mirara a los ojos.
-Pues en vez de ponerte así porque no disfrutamos de estos tres días…-Dije mirándole.
-Tienes razón.-Me sonrió. Y yo le devolví la sonrisa. Y al instante volvimos a besarnos.

Me tuve que ir, ya que mi madre vino a recogerme. Nos despedimos, y me fui a casa.

Llegué a casa, me tiré en la cama y suspiré ¿Enamorada? Quizás. A penas dormí, estuve toda la noche pensando en él, y en lo increíble que era.  

16. ¿Compras? ¿Vosotros?

En el capítulo anterior...

-Bueno…mañana nos vemos ¿no?-Dije yo sonriente.
-Claro. Hasta mañana Anna.-Dijo mirándome directamente a los ojos.

Bajé del coche, aún pensando en esa sonrisa y esos ojos color miel.
Entramos en casa, y del agotamiento que llevaba encima me fui directamente a dormir.



Una mañana de verano en aquel chalet de Atlanta.
Me levanté perezosa, y miré mi móvil. No había nada nuevo. Vi la fecha, ya era 12 de Julio. Sólo nos quedaban 3 días en Atlanta. ¿Cómo había pasado todo tan rápido?
Me levanté y fui al baño. Y sin querer, una veloz lágrima se deslizó por mi mejilla, no sabía por qué, pero iba a echar mucho de menos todo aquello, habían sido los mejores días de mi vida.
Me sequé las lágrimas, y bajé a desayunar.
En la cocina solo estaba mi hermana.
-Anna ¿Te pasa algo?-Dijo nada más verme.
Yo no dije nada, simplemente fui al armario y cogí un tazón.
-Te estoy hablando…-Dijo ella.
-Sí, Andie, claro que me pasa…-Dije disgustada, reteniendo las lágrimas.
-Puedes contármelo, soy tu hermana.-Dijo acercándose a mí.
-No tengo ganas de hablar ahora…-Dije casi a punto de llorar.
-Está bien…-Y salió de la cocina.
Subí a mi cuarto y me tiré en la cama. Mi móvil vibro, era un mensaje.
En una hora pasamos a por vosotras, tenéis que estar listas. Sorpresa. Besos JB.

Y sin saber por qué, las lágrimas caían de mis ojos. ¿Todo era por Justin? ¿De verdad me gustaba, o peor aún…me estaba enamorando? No sabía qué hacer… no quería irme, días atrás lo deseaba, y ahora ya no.
Fui al cuarto de mi hermana.
-Tienes una hora, los chicos nos vienen a buscar.-Dije.
Me metí a la ducha, me vestí (http://www.polyvore.com/hghgf/set?id=35870922)  , hasta me pinté un poco, pero lo justo, no era de esas que les gustaba llevar mucho maquillaje.
Y justo cuando estaba terminando de echarme el brillo en los labios sonó el claxon del coche. Me acerqué a la ventana, y allí estaba él, mirando hacia mi ventana con una sonrisa en la cara. Yo sonreí y avisé a mi hermana, para bajar.
Llegamos al coche, y volví a sentarme de copiloto.
-¡Hola!-Dije dedicándole una sonrisa increíble a Justin, mientras subía al coche.
Él se me quedo mirando como unos 5 segundos bastante largos.
-¿Pasa algo?-Dije mirándole, algo roja.
-Nada…-Dijo riéndose solo, y arrancando el coche.
-¿Y qué vamos a hacer hoy?-Dijo mi hermana desde atrás.
-Preparaos para un maravilloso día de compras…-Dijo Ryan, irónicamente, el odiaba las compras.
-¿Compras? ¿Vosotros?-Dije riendo.
-Hey, que a mí también me gusta vestir bien…-Dijo Justin defendiéndose.
-No, si no lo dudo.-Dije mirándole de arriba-abajo.
Llegamos a un enorme centro comercial en el que no habíamos estado.
-¿Preparadas?-Dijo Justin.
-Nosotras nacimos preparadas para esto…-Dije riendo, lo que hizo que el también lo hiciera.
Estuvimos mirando unas cuantas tiendas…
-Yo me voy a comer algo, que me aburro.-Dijo Ryan.
-Espera, voy contigo.-Dijo Chaz.
-¡Esperar! Nosotros también vamos.
-¿Quieres ir?-Dijo Justin mirándome.
-No, prefiero seguir de compras.-Dije sonriéndole.

Entramos a una tienda, era pequeña, pero muy acogedora, y la ropa se veía muy bonita.
Estuvimos mirando un rato. Y llegué hasta Justin con un montón de vestidos.

-¡Me encanta esta tienda!-Dije sonriente.
Él me sonrió y sin decir nada, me señalo el probador.

Entré, y él se sentó en una silla, enfrente del probador.
Empecé a probarme vestidos, bromeábamos, nos reíamos, hablábamos… pero ninguno le convencía.
Hasta que por fin me probé un vestido, pero no un vestido cualquiera, sino, MÍ vestido.
Era precioso. Me puse frente al espejo, era tan bonito.
-¿Qué te parece?-Dije mirando a Justin, que me miraba atónito de arriba-abajo.- ¡Hey, Justin! ¡Reacciona!
-Es…es…estas… pre… pre… preciosa.-Dijo tartamudeando.
Eso hizo que yo me pusiera como un tomate.
Justin se levantó de la silla, y se acercó a mí. Cogió mi mano, e hizo que diera un giro sobre mí misma.
-Esta noche, tú, yo y ese vestido.-Dijo casi en un susurro, muy cerca de mí.
-¿Es una cita?-Pregunté traviesa.
-Es lo que tú quieras que sea…-Dijo él, acercándose aún más.
Otra vez volví a ponerme nerviosísima. Pero esta vez algo cambió, no se lanzó, no me besó, simplemente se separó de mí y volvió a su silla.
Me quité el vestido y fuimos a pagar. Fui a sacar mi cartera para pagar, pero él me agarro el brazo.
-Esto lo pago yo.-Dijo sonriente.
-¿Te has vuelto loco?-Dije sonriente.-De ninguna manera…
-Digo que lo pago yo y ya está.-Sus ojos se clavaron en mí, así que asentí.

Salimos de la tienda, y nos dirigimos a otra, para que Justin se comprara algo más de ropa.
Entramos y empezamos a mirar. Yo buscaba ropa que me gustara para él.
Narra Justin.

No me podía sacar de la cabeza la imagen de la cabeza, estaba preciosa con ese vestido, más de lo normal.
De repente noté que alguien tiraba de mi camiseta, así que me giré. Y me encontré con una niña pequeña, de unos 7 u 8 años, era muy guapa, muy mona, me dio muchísima ternura.

-Hola bonita.-Dije sonriente, agachándome a su altura.
-¿Tú eres Justin Bieber?-Dijo algo miedosa.
-El mismo…-Dije sonriente.- ¿Y tu cómo te llamas?
-Yo me llamo April.-Hizo una pausa.- ¡Mamá! ¡Mamá! Es Justin Bieber, está aquí, mira.-Dijo la niña alertando a su madre, que se acercó rápidamente.
-¡Oh dios! Tú eres Justin Bieber, mi niña es una gran fan tuya.-Dijo la madre sonriente.
-¿Es cierto lo que dice tú mamá?-Dije volviendo a hablar con la niña.
Ella asintió vergonzosa.
-Eso es genial.-Dije.
-¿Te haces una foto conmigo?-Dijo la niña, tímida.
-¿Cómo no me voy hacer una foto con una preciosidad como tú?
Su madre sacó la cámara y nos la hizo.
-¿Y puedes firmarme un autógrafo?-Dijo tímida de nuevo.
-Claro, que sí pequeña.-Dije yo mientras me daba un bolígrafo, y una foto mía, que llevaba en su bolsillo.
-Muchas gracias Justin, eres el mejor, y qué sepas que cuando sea más mayor me casaré contigo.-Dijo la pequeña. La madre, Anna y yo empezamos a reír.
-Yo te espero April, no te preocupes. Me casaré contigo, no me cabe la menor duda. –Dije riendo aún.
-Bueno tengo que irme…-Dijo algo apenada.
-Adiós pequeña, espero volver a verte.-Dije mientras le daba un beso en la mejilla.
La niña se fue alegre de la mano de su madre, cantando ‘’Baby, baby, baby…’’
Me quedé mirándola como cantaba mi canción, eso me hacía sentir tan bien.

Narra Anna.
Estuve a punto de morirme cuando vi a Justin tan tierno con esa niña. Era tan dulce…
-¡Guao! Me tienes impresionada Bieber…-Dije riéndome, acercándome a su lado.
-Gracias…-Dijo él orgulloso.
-No, en serio… fue genial lo que le dijiste a esa niña. La hiciste muy feliz.-Dije sonriéndole, y mirándole.
-Ella es mi fan, y yo sin mis fans no sería lo que soy ahora, son lo mejor que tengo, por eso las trato como se merecen.-Dijo él mirándome directamente a los ojos, con una dulzura especial.
Nos sonreímos mutuamente, compramos unas cosas, y salimos de la tienda.
-¿La señorita tiene hambre?-Dijo él sonriente.
Yo asentí, y fuimos a por algo de comer.
Pedimos la comida para llevar, así podríamos salir fuera a comerla.
Estuvo genial. Hablamos, nos reíamos, empezaba a ver la magia de la que Chaz nos hablaba. Y es que a su lado me sentía tan bien, me sentía especial, y única.

-Y pensar que antes nos odiábamos, y ahora estamos aquí riéndonos…-Dije yo.
-Bueno… yo todo lo que quiero, lo consigo…-Dijo poniéndose un poco chulo
-Oh, bueno ya apareció el Bieber chulo, y arrogante.-Dije levantándome, y cogiendo los papeles para tirarlos a la basura.
-Vamos, Anna, no te irás a enfadar ¿No?-Dijo él levantándose rápido y siguiéndome.
Yo me reía, me hacía gracia que se preocupara por si me enfadaba o no.
Se puso delante de mí.
-¿Te enfadaste?-Dijo mirándome.
-No, Justin, no me enfadé, pero sigue, se te ve muy mono, yendo detrás de mí, rogando mi perdón.-Dije riendo.
-Eres mala…-Dijo poniendo una media sonrisa tentadora.-Te vas a enterar…-Dijo poniendo una mirada de venganza.
Me cargo a su espalda, y empezó a dar vueltas como un loco.
-¡Vamos! ¡Justin! ¡Para!-Decía entre risas.
-¿Por qué? Se te ve muy mona, ahí, rogando que te baje.-Dijo riendo.
Yo no podía para de reír, y patalear.
-Si no quieres que los dos nos caigamos, será mejor que me bajes.
Al fin paro, bajándome muy pegada a él. Y quedándonos muy, muy cerca. Los dos teníamos la respiración algo entrecortada.
Nos quedamos un buen rato así de pegados, él paso de mirar mis ojos, a mirar mis labios.
Yo me mordí el labio inferior, era tan irresistible. Él sonrió y se quitó, echando a andar, riendo. Y yo me quedé ahí con cara de idiota.
-Serás imbécil.-Dije corriendo hasta él, riendo, y dándole un pequeño puñetazo en el brazo.
Volvimos a entrar dentro, y seguimos con las compras.
Estábamos en una tienda mirando ropa para Justin, cuando de repente un hombre se le acercó.
-Perdona, ¿Justin te importa si te sacamos unas fotos? Será un segundo.-Dijo muy amable aquel hombre.
Justin accedió, empezó a posar, en algunas hacia el tonto… era muy mono. Yo le miraba con esa sonrisa boba en la cara.
-Ven, aquí, conmigo.-Dijo el mirándome.
-No, yo, no…no me gusta hacerme fotos, ya lo sabes.-Dije tímida.
-Vamos, no seas tonta y ven aquí, no vas a morirte.
Tras mucho insistir, dije que sí, me puse junto a él.
-Yo no sé posar.-Dije vergonzosa.
-No hace falta que poses…-Dijo sonriéndome, con esa perfecta sonrisa.
-¿Ah no? ¿Y entonces qué?-Dije curiosa.
-Bueno algo natural, haz el tonto, que se te da muy bien.-Dijo riendo. Yo le pegué un pequeño puñetazo en el hombro.
-Eres un capullo.-Dije riendo. Y sin darme cuenta, vi que nos sacaban fotos.
Empezamos a bromear. Mientras nos hacían un montón de fotos.
-Bueno pues muchas gracias chicos, un placer.-Dijo el fotógrafo marchándose.
-Ha sido divertido.-Dije volviendo a ojear la ropa.
-Verás en menos de 5 minutos están en Internet.-Dijo Justin.
-¿¡QUÉ!? ¿Internet?-Dije muy sorprendida.
-Claro… ¿Qué esperabas?-Dijo él mirándome.
-Pues no sé, pero no que las vaya a ver medio mundo…saldré horrible, Justin, no.
El se acercó a mí y me agarró los hombros.
-Seguro que estas preciosa.-Dijo muy serio, mirándome a los ojos.
Yo me sonrojé, y decidí pasar del tema de las fotos.
Al fin quedamos con todos para volver a casa, tenía que prepararme para la cita con Justin.
Nos dejaron en casa y subí directa a mi habitación, para ponerme aquel precioso vestido (http://www.polyvore.com/ropa/set?id=35722054)